¿Quiénes Somos?

La Asociación de Licenciadas/os en Enfermería (ALE) fue creada el 2 de octubre de 2002, por la primera Dra. en Enfermería en el país, Margarita Amil.

Margarita tuvo la lucidez de comprobar que la Ley de Profesionales de Salud de la Ciudad de Buenos Aires exigía requisitos que las y los profesionales de Enfermería cumplíamos:

  • Contar con título de grado y posgrados.
  • Matricula profesional habilitante.
  • Ley de ejercicio autónomo.
  • Un cuerpo de conocimientos científicos.

En base a esta realidad se sucedieron distintas iniciativas para lograr la inclusión de la enfermería en esta primera etapa como organización independiente y con conciencia de nuestros derechos, aunque por estos años, la realidad de nuestro colectivo en CABA reflejaba una minoría de compañeras y compañeros con formación de grado. Por eso, el reclamo inicialmente tuvo mucho de agrupamiento en defensa de ese derecho vulnerado, aunque con fuerza todavía limitada en la movilización y en la agenda global de nuestro sector. Con el correr de los años las cosas fueron cambiando. 

Si bien en un inicio nuestra asociación tuvo un perfil académico, incentivando actividades de formación y actualización y fomentando que el colectivo de enfermería avanzara en la carrera (con un plan de capacitación integral, jornadas científicas, creación de la biblioteca Margarita Amil, con donación de libros a la Escuela Superior de Enfermería Cecilia Grierson y la publicación del libro de leyes relacionadas al ejercicio de la enfermería, entre otras) hasta obtener el título de grado, el espíritu de ALE fue mutando hacia su actual eje, que es el desarrollo de un sindicato hecho por y para la enfermería.

Por este motivo es que el 22 de enero de 2003 se consiguió la personería jurídica (nº 1713172).

En el año 2004, la asociación comenzó a formar parte de la Federación de Profesionales del GCABA, organismo que nuclea sindicatos de profesionales de salud (psicología, trabajo social, antropología, kinesiología, farmacia, bioquímica, entre otros) como resultado de la acertada visión de Margarita, que encontró en ese espacio una oportunidad para seguir desarrollándonos y trabajando por el reconocimiento profesional de las y los licenciados en enfermería de CABA.

Continuando con este arduo camino, se logró, el 10 de octubre de 2008, la inscripción gremial de nuestra asociación (nº2839) y con ella, el impulso de nuestra tarea sindical, que fue creciendo con los años a través de diversas iniciativas, que tuvieron tres ejes:

  • Judicial
  • Legislativo
  • Acciones de lucha

Es por eso que en 2009 se promovió el proyecto de ley 1550/D09, impulsado por la diputada Lidia Saya, solicitando que las y los licenciados en enfermería pasaran a la carrera profesional (en aquel tiempo regulada por la Ordenanza 41455/86)

En 2011 se promovió un nuevo proyecto de ley (629-D-2011), impulsado por el diputado Fabio Hernández Basteiro.

En 2012 se impulsó un nuevo proyecto, a través del diputado Alejandro Bodart (3030-P-2012), con el mismo fin. Al igual que en 2015 (796-D-2015), cuando volvió a presentar un nuevo proyecto.

En el año 2017 se presentó el cuarto proyecto de ley, a través de una Iniciativa Popular, que es un mecanismo ciudadano que se encuentra en la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se activa con un determinado número de firmas (37.000) y que obliga a la Legislatura a tratar (no a aprobar) determinados temas. Esto se gestionó a través de la Dirección de Gestión y Participación Ciudadana.

En paralelo a estas iniciativas legislativas también se realizaron marchas por el reconocimiento profesional, por las y los compañeros desaparecidos en la última dictadura cívico-militar, se apoyó a las y los compañeros reprimidos en el Hospital Borda, así como también se realizaron acciones en el Congreso de la Nación, en Plaza de Mayo, incluso acampes en la Jefatura de Gobierno.

En 2024, y por primera vez desde 2018 cuando se aprobó la Ley 6035 y la Enfermería fue excluida de la misma, varios bloques de la Legislatura de distinta orientación política han consensuado un Proyecto de Ley por nuestra inclusión en la Ley 6035. Estamos cada vez más cerca del objetivo que nos planteamos, nuestro reconocimiento salarial, laboral y profesional de la Enfermería. Pero lógicamente no está dicha la última palabra y por eso nos mantenemos en alerta y movilizados.

La Ley N° 6035 y la nueva etapa organizativa de nuestro sindicato

El 1º de noviembre de 2018 la Legislatura Porteña aprobó la Ley N° 6035 que regula las condiciones profesionales, salariales y laborales de todo el equipo de salud y fueron encuadradas 25 profesiones en la misma. Sin embargo, por el lobby y la presión de intereses corporativos, burocráticos y económicos de sectores que se benefician con la postergación de Enfermería, nuestro colectivo, el más numeroso en el sistema de salud, fue explícitamente excluido. Es decir: miles de profesionales de enfermería, cumpliendo con la totalidad de los requisitos de esta legislación, fueron excluidos y mantienen hasta la actualidad el encuadramiento como «personal del escalafón general». Esta injusticia motorizó una verdadera rebelión de la enfermería que marcó un punto de quiebre en nuestro recorrido:

Surgieron asambleas autoconvocadas y una masiva marcha que quedó en la historia de nuestra lucha, el 21 de noviembre de 2018, día nacional de la enfermería, que le dio un nuevo significado a esta fecha conmemorativa de nuestra profesión, ya que, a partir de ese año, todos los 21N son jornadas de visibilización de nuestro reclamo y de organización de actividades callejeras que fueron creciendo cada vez más al calor del avance del conflicto. Por eso, desde nuestra asociación, tanto el 12 de mayo, nuestro día internacional, como el 21 de noviembre, son dos fechas claves para levantar bien en alto nuestra bandera por el reconocimiento salarial, laboral y profesional de la enfermería.

Es muy importante mencionar también el rol que juega el componente de género en la historia de la enfermería, ya que la violencia estructural en nuestro sector está directamente relacionada a su carácter de profesión muy feminizada y con los orígenes del ámbito de la salud. Antiguamente, las mujeres que ejercían tareas de cuidado en salud eran principalmente aquellas a quienes la sociedad les atribuía un rol marginal, o religiosas. Esas características generaron una conciencia colectiva de la Enfermería como vocación o incluso como castigo, lo que perjudicó su ejercicio al no tener reconocimiento social y económico.

El sistema capitalista y patriarcal mantuvo esa desvalorización. Y si bien incorporó a la mujer a la producción, a la vez le asignó el rol social de esposa y madre para abaratar la reproducción de la fuerza de trabajo.

En general, las enfermeras somos sostén de familia y cumplimos nuestras tareas como trabajadoras y también como madres y amas de casa, tomando responsabilidades domésticas que condicionan nuestro crecimiento profesional.

Es por este motivo que participamos activamente de las marchas que se realizan todos los 8M, en conjunto con todos los organismos feministas y disidentes, ya que la problemática de genero afecta significativamente nuestras vidas como mujeres trabajadoras.

El pase a la carrera profesional representaría un cambio cualitativo enorme en nuestras condiciones laborales y de vida, ya que generaría un aumento salarial muy importante (actualmente percibimos sueldos que se encuentran por debajo de la canasta de pobreza) y equipararía nuestros haberes con los de las y los profesionales incluidos en la ley 6035. Pero no solo eso, sino que podríamos acceder a cargos de gestión, licencias para estudiar, otras licencias especiales, y un aspecto muy relevante, que es el crecimiento en la carrera, que sería automático (generando incrementos salariales) y además las evaluaciones de desempeño no serían más un condicionante para nuestra continuidad laboral, ya que en la ley de ejercicio profesional son testimoniales, pero en el escalafón general, al tener tres evaluaciones de desempeño negativas, somos pasibles de cesantía, lo cual es una herramienta de hostigamiento para los departamentos de enfermería hacia compañeras y compañeros, principalmente activistas, que reclaman por condiciones dignas de trabajo.

La Primera Línea como emergente de conciencia y construcción sindical 

Con el estallido de bronca por la injusticia de la exclusión de la Ley 6035 y la pandemia, que puso a prueba nuestro rol social frente al conjunto de nuestro pueblo, lejos de retroceder en nuestros reclamos nos fortalecimos: 

  • Nos empoderamos y extendimos nuestra presencia a hospitales y CeSAC de CABA. 
  • Pusimos en agenda, con decenas de iniciativas, el reclamo por Reconocimiento Salarial, Laboral y Profesional. 
  • Sumamos mucha empatía social a partir de nuestra emblemática Marcha de Antorchas, que tuvo varias ediciones y que se convirtió en un símbolo muy importante de nuestro colectivo, ya que representa “la llama viva de nuestro reclamo” y que tuvo una gran repercusión mediática, incluso internacional.  
  • Hemos realizado paros, festivales, acampes, ruidazos, caravanas, recolectamos 50 mil firmas en una nueva Iniciativa Popular (en 2021), que fue bloqueada en el Tribunal Superior de Justicia por observaciones técnicas que impidieron el ingreso de un nuevo proyecto de ley al recinto.
  • La judicialización de nuestro planteo con dos fallos favorables, que el gobierno de CABA (antes Larreta, ahora Jorge Macri), incumplen y apelan con maniobras leguleyas, es otro logro de nuestra larga historia por este justo reclamo. 
  • La presentación de un nuevo proyecto de ley por la inclusión, impulsado por la diputada Vanesa Gagliardi (2003-D-2023) en 2023, confirma que no desistimos de continuar en nuestro camino por el reconocimiento pleno.
  • La Legislatura Porteña, por primera vez desde 2018, está consensuando a partir de acuerdos de varios bloques de la misma, un Proyecto de Ley para nuestra inclusión en la Ley 6035.

En definitiva: construimos una identidad como enfermería consciente, luchadora, organizada y con determinación de pelear hasta el final por aquello que el poder político de turno, las conducciones burocráticas de sindicatos que defienden sus privilegios y el modelo médico hegemónico nos niegan, empujándonos al pluriempleo, con condiciones de trabajo deplorables que deterioran día a día la calidad de atención que le brindamos a la población.

Por eso es que sostenemos esta tarea épica, iniciada por nuestras compañeras más antiguas, que siempre tuvieron esa conciencia de que somos profesionales, esenciales y merecemos el reconocimiento. Ellas fundaron nuestra herramienta, la ALE, un sindicato independiente de todo gobierno, combativo y democrático, dirigido por compañeras y compañeros trabajadores, con gran formación y esa misma conciencia en defensa de la Enfermería.

Por eso también, seguimos construyendo la ALE, por nuestros derechos y para que desde las bases decidamos todo. El futuro está en nuestras manos. El empoderamiento de la Enfermería es una realidad. Y todas y todos juntos, desde los distintos ámbitos en los que nos desempeñamos, tenemos esta gran tarea de hacer crecer a nuestra querida profesión y hacerla llegar hasta donde merecemos, a lo más alto. ¡Porque somos esenciales, porque pusimos el cuerpo y hasta la vida durante la pandemia, porque acompañamos a nuestro pueblo en todas las etapas de su vida y porque amamos lo que hacemos!

Somos orgullosamente enfermería empoderada. Somos la ALE.

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